4 de abril de 2015

'Ben-Hur', el clásico de Semana Santa

TODOS o casi todos los años por Semana Santa ponen en televisión el Ben-Hur que dirigiera William Wyler en 1959. Esta vez no será menos, con la particularidad de que su emisión televisiva coincidirá con el reestreno (4 y 5 de abril) en dieciséis cines españoles de una versión remasterizada.

Ben-Hur, el clásico por excelencia —junto con el Espartaco de Stanley Kubrick (1960)— de estas fechas, es un drama histórico bíblico. La industria y crítica norteamericanas lo encuadran en un género llamado 'épico', dando a esta palabra el sentido secundario de «grandioso»; esto es, película de gran presupuesto, espectacular, dotada de un argumento apasionante y una duración extraordinaria. (Así, también serían «épicas» Lo que el viento se llevóLawrence de Arabia o Titanic, sin que nada tengan que ver con la épica primitiva). 

También se le ha podido aplicar a Ben-Hur la etiqueta de 'peplum', por su localización en la Antigüedad clásica. (Un péplum de lujo en todo caso, pues los péplums originarios, nacidos en Italia a finales de los años cincuenta, eran de bajo presupuesto). Y por añadidura se le pueden yuxtaponer los calificativos de cine histórico y cine bíblico. 

La película está basada en la novela Ben-Hur. A Tale of the Christ, del general Lewis Wallace (1827-1905), publicada en 1880, que tuvo un enorme éxito de ventas y fue llevada al teatro —hizo giras por Europa y Australia— y al cine en una versión muda y en b&n (Fred Niblo, 1925), producida por la Metro Goldwyn Mayer. 

La versión de Wyler surgió para salvar de una crisis económica al estudio MGM. La pujanza de la televisión a finales de los años cincuenta amenazaba la industria del cine en EE UU, y una forma de combatirla era incorporar a la gran pantalla lo que no podía tener la pequeña: la Panavisión y el Technicolor y la mayor espectacularidad posible. Ben-Hur requirió seis años de preparación, se rodó en Italia a lo largo de diez meses y costó 40 millones de dólares, con lo que se convirtió en una de las películas más caras de todos los tiempos.

El argumento, extraído de Filmaffinity, es el siguiente:
Antigua Roma, bajo el reinado de los emperadores Augusto y Tiberio (s. I d.C.). Judá Ben-Hur (Charlton Heston), hijo de una familia noble de Jerusalén, y Mesala (Stephen Boyd), tribuno romano que dirige los ejércitos de ocupación, son dos antiguos amigos, pero un accidente involuntario los convierte en enemigos irreconciliables: Ben-Hur es acusado de atentar contra la vida del nuevo gobernador romano, y Mesala lo encarcela a él y a su familia. Mientras Ben-Hur es trasladado a galeras para cumplir su condena, un hombre llamado Jesús de Nazaret se apiada de él y le da de beber. Después de salvarle la vida al comandante de la nave (Jack Hawkins), recupera la libertad. Más tarde, conocerá a un jeque árabe (Hugh Griffith) que participa con sus magníficos caballos en las carreras de cuadrigas.


Con una duración cercana a las tres horas y media, Ben-Hur es el espectáculo cinematográfico por excelencia. Estos días es buen momento de revisar este clásico y sus dos secuencias más famosas, el hundimiento de las galeras y la carrera de cuadrigas en el circo. 

Ben-Hur (1959)  

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