28 de febrero de 2015

Naves en llamas más allá de Orión

LA nueva nave espacial de la NASA tiene el nombre mitológico de Orion, de igual modo que en los años sesenta y setenta del siglo pasado el programa y las cápsulas tripuladas fueron denominadas Apolo

Entonces el objetivo de la agencia espacial americana era la Luna (el Apolo XI alunizó; el Apolo XIII regresó a la Tierra accidentado) y ahora, para el lejano futuro, se aspira a poner seres humanos en Marte tras los vehículos robóticos SpiritOpportunityCuriosity (nombres de raíz latina, por cierto) que ya circulan por allí.

El gigante Orión, hijo de Posidón y Euríale, hija de Minos, era un gran cazador que se jactaba otro ejemplo de hybris— de poder matar cualquier animal terrestre. Según una versión del mito, fue compañero de caza de Ártemis, quien, cuando en una ocasión intentó violarla, se defendió haciendo surgir de la tierra un escorpión gigantesco que lo mató clavándole el aguijón. Admirado por este combate, Zeus catasterizó (=transformó en estrella) a ambos.

La constelación de Orión es una de las más bellas y conocidas del firmamento en el hemisferio Norte. Tiene forma de cazador fácilmente reconocible en invierno. Sus estrellas principales son Betelgeuse (Alpha Orionis), en el hombro del cazador, una gigante roja; Rigel (Beta Orionis), en el pie; y Bellatrix (Gamma Orionis). —Las letras griegas ordenan por su magnitud las estrellas de la constelación; tras ellas va el genitivo del nombre astronómico en latín—. El cinturón de Orión lo forman tres estrellas perfectamente alineadas (los Tres Reyes o las Tres Marías: Alnitak, Alnilam y Mintaka). 

Cerca (es un decir) están las constelaciones de Lepus (la Liebre), Canis Maior y Canis Minor (los perros de caza de Orión). Y muy lejos de él, en el hemisferio Sur, se encuentra su enemigo Escorpión.  

Betelgeuse dista de la Tierra 520 años-luz; Rigel, 1300... En Blade Runner (Ridley Scott, 1982), el replicante Roy Batty, modelo avanzado de Nexus 6 dotado con sólo cuatro años de vida para no desarrollar emociones, confiesa haber visto naves en llamas más allá de Orión (frase que la traducción española dio lugar a una bella aliteración), haber sido testigo de cosas que ningún humano podrá jamás alcanzar. Cuatro años de vida no parecen suficientes para llegar hasta aquella lejana constelación...