23 de abril de 2014

'Poco latín y menos griego'

CON este malvado aserto Ben Jonson quiso poner en evidencia la escasa erudición clásica de su colega Shakespeare. Small Latin and Lesse Greek, escribió de él en un poema en el que al mismo tiempo le rendía profunda admiración. El caso es que tal "defecto" no le impidió al autor de Hamlet alcanzar la inmortalidad literaria, y además tampoco era verdad.  

Shakespeare estudió gramática latina en su Stratford-upon-Avon natal y a través de ella pudo conocer a los autores latinos. El griego no se enseñaba en las escuelas de gramática, pues era más propio de la educación superior que sí tuvieron Marlowe y Jonson.

Uno, todos, o ninguno

La cultura clásica del poeta y dramaturgo inglés es evidente en La comedia de las equivocaciones, que se inspira en dos comedias de Plauto, Menecnos y Anfitrión. El ingenio de Ovidio late en el poema narrativo Venus y Adonis. La tragedia Tito Andrónico se inspira en parte en el Thyestes de Séneca y en la historia de Filomela que aparece en las Metamorfosis de Ovidio. Estas, las hubiera leído o no en latín, impresionaron a Shakespeare vivamente, y la historia de Píramo y Tisbe sobrevuela El sueño de una noche de verano. La influencia de Séneca, general en el teatro isabelino, se observa en los temas mayores shakesperianos de la venganza, la tiranía y la furia.

Las tramas clásicas —más romanas que griegas— de Julio César, Timón de AtenasAntonio y Cleopatra Coriolano derivan de las Vidas de Plutarco que Shakespeare leyó y estudió en la traducción de Thomas NorthEn los pasajes retóricos de Julio César y Enrique V se traslucen las enseñanzas de Cicerón y Quintiliano

Con estos pocos datos está fuera de toda duda la cultura clásica de Shakespeare. Hoy, en el día del 450 aniversario de su nacimiento, sigue siendo la figura cumbre de la literatura universal. Además de su despectivo e infundado "poco latín y menos griego", Jonson dijo también de él, en el mismo poema: "No es de un siglo, sino de todos los tiempos" (He was not of an age, but for all time).

17 de abril de 2014

El latín de 'La pasión de Cristo'

EN aras de la verosimilitud histórica, Mel Gibson rodó La pasión de Cristo (2004) en hebreo, arameo y latín, lenguas que acomodó a los personajes y acompañó con subtítulos. Esto en sí era novedoso e interesante y nos hizo acudir al cine a escuchar latín hablado más allá de un simple aforismo. 

Diez años después de aquella versión hiperrealista de las últimas horas de la vida de Jesús no sentimos ningún deseo de volver a verla. La crudeza de muchas escenas nos disuade de ello. Pero sí podemos recordar que la pronunciación del latín que allí se hablaba no era la clásica, sino la (anacrónica) eclesiástica o italiana. En este punto la autenticidad de la película encontraba una objeción.

Eran aquellas tres las lenguas vigentes en la Judea del siglo I. Las dos primeras, de origen semita, ancestrales: el arameo y el hebreo, aquél más extendido y predominante que éste. Y aunque minoritario, el latín, habida cuenta de la presencia romana en la zona ya desde los tiempos de Pompeyo

Pero junto a ellas también existía el griego koiné o común. Judea había sido ocupada por los sucesores de Alejandro en el siglo III a. de C. y era una región ampliamente helenizada. El griego común era la lingua franca en este apiñado guirigay de cuatro lenguas, y en ella se expresaban intelectuales y comerciantes. No está presente en la película de Gibson, de modo que su ausencia es otra objeción que empaña la veracidad lingüística pretendida. Razones se dieron, poco convincentes, para estas opciones desacertadas.

Ahora podemos especular qué lengua hablaba o debía de hablar cada quien y con quién, en la película o en aquel preciso momento histórico. Jesús habla el arameo (o quizá debió ser el hebreo) y reza en hebreo, aunque al prefecto Poncio Pilato se dirige en latín (simbólica, pero dudosamente). Pilato, con su esposa Claudia, se expresa en elegante latín; a Jesús se dirige, como a los judíos, en arameo, pero también en latín (en uno y otro caso quizá debió de hacerlo en griego común; Jesús pudo haber aprendido griego en su infancia). Los soldados se expresan en latín vulgar, con errores gramaticales y lenguaje soez. Habría quien dominara las cuatro lenguas (Pilato, si es que manejaba el hebreo), habría quien tres (los judíos: arameo, hebreo y griego), habría quien solo una (los soldados romanos, latín)…

Debates aparte, mejor escuchar las cavilaciones de Poncio Pilato aunque sea en un latín pronunciado a la italiana:


Pilatus.— Quid est veritas, Claudia? Eam audis, eam cognoscis quando dicitur?
Claudia.— Ita, audio. Num et tu? 
Pilatus.— Quomodo? Potes mihi dicere? 
Claudia.— Si non vis veritatem audire, nemo tibi dicere potest. 
Pilatus.— Veritas... Vis meam veritatem cognoscere, Claudia? Rebelliones opprimebam in hac statione remota undecim annos. Si hunc non condemnabo, scio Caiapham seditionem initiaturum esse. Si ita condemnabo, discipuli eius initiabunt: uterlibet sanguis effunditur. Caesar me monuit, Claudia. Bis monuit. Vice proxima ipse iuravit sanguis erit meus. Ecc' est mea veritas!
Legatus.— (...) Dom'ne, Herodus noluit hominem condemnare. Eum huc reddunt. Necesse erit supplementum novum habere.
Pilatus.—Nolo incitare seditionem.
Legatus.—Seditio iam est!